jueves, 17 de enero de 2013

Todo.

Tumbada boca arriba te espío de reojo desde el libro nuevo con olor a nuevo que me regalaste.
Calor. 
Un torso desnudo y conocido.
Pero todo huele a nuevo. Hasta nuestro amor parece nuevo.
Silencio.
Hoy no hace falta que digas nada, con tu presencia alcanza.
Tengo los ojos inyectados en poesía y horizontes nuevos.
El aire limpio y los pulmones llenos de sol. Llenos de vos.
Me detengo, vuelvo la vista y ahí estás. Adentro mío también.
Silencio.
Esta vez tu presencia lo dice todo.

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