jueves, 27 de junio de 2013

Conversar

No es que sea antipática ni que no me guste conversar pero la verdad es que a veces no sé cómo seguir una conversación, ¿entendés? De vez en cuando me dicen cosas que no sé cómo contestar ¿Qué les voy a responder?: "¿Ah, mirá vos?" o "¿Y yo qué querés que haga?" Eso queda muy desubicado. Aunque alguna gente no se da cuenta de que la desubicada en realidad es ella por contar todo el tiempo cosas irrelevantes que a casi nadie le interesan.
 ¿Y si no? ¿Y si en realidad la gente necesita desahogarse y me elige a mí para quemarme la cabeza porque soy buena? Y sí; la gente necesita expresarse, eso está bien. Y uno debería contemplar esa situación y actuar como persona de bien. Después de todo te hacen el honor de hacerles de oído. Debo parecerles un ser de luz. Uno de esos que se llenan de bichos tarados.
Tal vez nada tiene que ver con nada y soy yo la que no sabe charlar. Que mirá qué lindo esto, mirá qué lindo aquello (¿se podrá practicar eso o se nace charlador, no más? porque a mí no me sale.)
 Mejor me sigo haciendo la que me quedé sin palabras. Con alguna gente, porque con otra... qué lindo es conversar.

lunes, 4 de marzo de 2013

Ir.


Te dejo ir con la condición de que me dejes ir de vos. 
Dejame con la prepotencia, con el orgullo y la imposibilidad de expresarme atoradas en la garganta. Dejame a mí, que de lejos siempre he querido mejor. A veces pienso que soy experta en olvidar de cerca y querer de lejos. Dejame con la inconstancia y el miedo arremolinándose en secreto, armando el nudo invencible en ese lugar donde aprieto los dientes y la garganta. Dejame con la impotencia apretando los puños, sola. 
Dejame.
Dejate.
Ir. 
Te digo la verdad: a veces no tengo bien en claro quién tiene que dejar ir a quién.
Dejame creer que yo te dejé ir a vos.



miércoles, 20 de febrero de 2013

Pensaba en vos.




Pensaba en un hogar. Pensaba en vos.
Ir, venir. Esperar. Ir, venir, volver. Extrañar.
Abrir la ventana para dejar correr el tiempo.
Inventar una escalera para subir el ánimo.
Pesarme la conciencia y medirme las consecuencias.
Ir, venir. Esperar. Ir, venir, volver. Extrañar.
Volver y quedarse para siempre.

Pensaba en un hogar.
Pensaba en que no importa dónde estemos
porque abrazarte...
abrazarte siempre es volver a casa.

jueves, 17 de enero de 2013

Todo.

Tumbada boca arriba te espío de reojo desde el libro nuevo con olor a nuevo que me regalaste.
Calor. 
Un torso desnudo y conocido.
Pero todo huele a nuevo. Hasta nuestro amor parece nuevo.
Silencio.
Hoy no hace falta que digas nada, con tu presencia alcanza.
Tengo los ojos inyectados en poesía y horizontes nuevos.
El aire limpio y los pulmones llenos de sol. Llenos de vos.
Me detengo, vuelvo la vista y ahí estás. Adentro mío también.
Silencio.
Esta vez tu presencia lo dice todo.