lunes, 15 de octubre de 2012
La felicidad es otra cosa.
Cocino para uno, pero en realidad para dos. El vidrio está empañado y dejo una marca con el dedo. Un trueno. Mientras se calienta el agua miro con los ojos ciegos y helados por la ventana hacia no sé dónde. De esos momentos en los que mirar es sólo una excusa para mantenerse despierta, para mirar sin ver. Para recordar. Te recuerdo.
Entreabro la ventana y llega ese olor a lluvia que me gusta tanto. Respiro profundo, cierro los ojos y retengo el aire la mayor cantidad de tiempo posible, como para que me llene el alma si es que se puede.
Pero la felicidad es otra cosa.
Como cuando bajo del taxi de tu mano sin mirar atrás y con la certeza de que ya no me falta nada. Como cuando te veo sobre mí, sonriendo en silencio, abrazándome el pecho y el alma con los ojos cerrados. Ese instante de felicidad abrumador e inconciente en el que nada más importa. Que se caiga el mundo a pedazos, vamos.
Otro trueno me saca del trance y me obliga a soltar el aire de golpe y ahora, la mirada atónita sobre el agua hervida derramada sobre la cocina.
Es otra noche más de esas que significan una noche menos. Y yo sigo acá esperando. Esperando y extrañando los futuros que aún no sucedieron.
Es que a partir de vos la felicidad, la felicidad es otra cosa.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hermoso! lo puse en mi blog con tu link, muy lindo todo tu blog
ResponderEliminarMe encantan los detalles y la delicadeza de cada explicacion. Me traslada leerte! Muy lindo el blog!
ResponderEliminarMe pasa es mismo... sigo esperando y extrañando futuros que no sucedieron y que se que no sucedaran nunca jamas... y duele... mucho. Y es dificil superarlo.
ResponderEliminarMe encantó. Y siento que viviré el resto de mi vida esperando y extrañando futuros que no sucedieron ni sucedarán nunca más... Es asi, a partir de ella la felicidad fue algo mágico, y después de ella.... como seguir despues "sin" ella?
ResponderEliminar