Imaginar tu abrazo, viajar tan sólo con un pensamiento.
Recordar, desear y sonreír al mismo tiempo.
No se me ocurre mejor conexión que esa.
Cuando sonreímos juntos, nos hacemos tan grandes y fuertes
que la distancia y el tiempo se vuelven nada.
Cerramos los ojos y desaparece,
estamos acá, juntos otra vez.
Y yo estoy de nuevo ahí,
volviendo a nacer en ese primer abrazo,
con el que te metiste dentro mío
para siempre.