Ya no sé hace cuántos domingos que no te veo. Y la casa es un desastre. |
Tres, dos, uno, yo y ninguno.
Como si no tuviera suficiente.
Siete cigarrillos apagados frente a una sonrisa pixelada.
Una carta, varios poemas sin título ni dedicatoria.
Un corazón agolpado en la camisa azul.
La taquicardia eterna y el insomnio.
Dos manos con un pasado inconfesable.
Tu narcisismo insoportable y mi falsa modestia.
Un café, noches largas y pocos días.
Él, vos, aquél y yo.